Descripción

Mas de una vez se han escrito libros titulados “Decíamos ayer”, con evocaciones del pasado. Sin embargo, si las páginas reunidas no apuntan a problemas pretéritos sino a cuestiones candentes del día actual, no cabe aquel rótulo. Hay que poner el verbo en tiempo presente: “Decimos hoy”. Así, de ese talante, son los anuncios que siguen a continuación.

Fuera del dulce inicial sobre las fiestas patrias, de mayo y julio, los demás artículos oscilan entre lo agrio y lo amargo. No puede ser de otro modo. La República Argentina pasa por una hora agónica inocultable, con candidaturas que provocan mucho mayor rechazo que adhesiones. En el centro, la desazón del habitante medio, de los varones y mujeres que tienen lleno de angustia el corazón. A nadie se le escapa la vigencia de una Ley de Bronce que determina que cada gobierno es peor que el anterior. De común, el mapa electoral más que del territorio austral, se ilumina con un paisaje centroamericano: Guatemala. Desde que de la antigua Capitanía General viajamos a Guatepeor. Los gobernantes con sus desaciertos se especializan en hacer olvidar los errores de sus predecesores. Acá siempre se vota contra alguien, por el que se juzga como el peor. Por eso resulta tan difícil aplicar la doctrina del mal menor. Y prosperan los escépticos, los descreídos de salir de ese laberinto aciago. Desgraciadamente, detrás de esa actitud negativa no opera un examen lúcido, un balance crítico que esperance con la perspectiva de un mañana mejor. No son pocos los que piensan que la salida del país está en Ezeiza. Eso es más malo que la funesta realidad. Porque nos cierra el horizonte.

Ese panorama lamentable es el que nos ha movido a redactar esta serie de artículos referidos a los temas más espinosos que aquejan a nuestra pobre Nación. A ver si con ellos arrojamos una débil lucecita que alivie e ánimo de los argentinos. Porque aquí no nos conformamos con el diagnóstico de las enfermedades nacionales, sino que

ofrecer un pronósticos de los remedios a aplicar en esta desgracia circunstancia.

De esa suerte, en orden sucesivo consideramos estas cuestiones, aparte del breve prólogo llamado: “Con perdón”,

1) 9 de Julio de 1816: la Independencia,

2) En la lucha. -a- Sursum Corda!

3) En la lucha: -b- Tres temas de combate para un programa

político:

4) Concordato

5) Retenciones y Reinversiones, o ¿Por qué Uruguay y Chile

no padecen una crisis como la de la Argentina?

6) El futuro de Malvinas

7) Proyecto de Reforma del Código Penal

8) Bases innegociables

9) Apostasias

10) Inseguridad. Planteo y soluciones

11) Venezuela: una visión nacionalista

12) Ilesa Inhumanidad

13) Ante las fórmulas presidenciales

14) Carta abierta a Guillermo Rojas.

Creemos que en ese catálogo están las contestaciones que el lector esperaba. Por lo monos, ese, y no otro, ha sido nuestro propósito.

E.D.A.