Cuando los hijos se acercan a la pubertad -generalmente a partir de los 10 años las niñas y de los 11 los niños- conviene replantearse los medios que se deben poner para conseguir una mayor atención y formación. Aún en muchos casos no habrá aparentemente ningún rasgo que indique que están saliendo de la niñez, pero precisamente parte del éxito reside en saber llegar a tiempo.

Aunque la pubertad no es todavía la adolescencia, en cuestiones educativas resulta mucho más fácil prevenir que curar. Por otra parte, no existen leyes generales en el desarrollo de la adolescencia: cada cual la vive de acuerdo con muchas circunstancias familiares, escolares, de entorno, etc. No pretendo cubrir en estas páginas todas las posibilidades en este ámbito, sino solo aquellas más generales y válidas para el mayor número de familias. Este libro va dirigido a padres y educadores que se mueven en esta edad difícil y apasionante. Muchas cosas ya las sabrás, e incluso puedes no estar de acuerdo con ellas al hilo de tus conocimientos y experiencia; ojalá, sin embargo, te ayuden a pensar. En algunas ocasiones planteo muchas preguntas a padres, profesores e incluso a los propios adolescentes; no se trata de hacer un examen agobiante en el que tengas que sacar un 10. Unas preguntas te servirán y otras no. Toma las que te parezca que se ajusten a tu situación. Quizá las preguntas dirigidas a tus hijos o alumnos las puedas comentar con ellos; eso posiblemente te ayude a conocerlos mejor.

Hay muchos y muy buenos libros sobre la adolescencia, por lo que es imposible resumir en unas pocas páginas todo lo que se sabe sobre esta fase de la vida. No pretendo decirlo todo, pero sí facilitar una guía sobre cómo actuar cuando los hijos llegan a esta edad.

José Manuel Mañú (Autor), Introducción (fragmento)