Al hablar de J.R.R. Tolkien no es extraño dejar de lado su trabajo de reflexión sobre la tarea del escritor, que él llamó subcreación por tratarse de un obrar a imagen y semejanza de Dios creador. Esa personal poética está presente en cada paso que da la Compañía del Anillo, y en todo su legendarium.

En esta miscelánea de ensayos se dan cita algunos de los expertos más reconocidos en tolkieniana, para poner en múltiples y adecuadas perspectivas el universo mítico de Tolkien, abordando el análisis de los contenidos y algunos de los ecos que inspiraron su invención literaria.

Se trata de un libro clave para todos aquellos que, al pasear por los paisajes de la Tierra Media, meditan quedamente y en silencio sobre las causas últimas, literarias y estéticas, de que la belleza áspera que se oculta en Moria, y que nos embelesa, haga sin embargo que ansiemos contemplar de nuevo la luz del sol; de que la nostalgia que habita tras las murallas de Nargothrond y Gondolin esté colmada de melancolía, y de esa misteriosa mezcla de alegría y lágrimas que es señal de la verdadera felicidad; de que sintamos una sana envidia al descubrir la lealtad inquebrantable y feroz de los Jinetes de la Marca, atados por un juramento antiguo, pero sentido en el alma como un vínculo forjado a sangre y fuego, y ajeno a todo tipo de recompensa que no sea la de llegar al final de la vida siendo dignos de una endecha. Pero también sobre las raíces existenciales de la tragedia que se oculta en las mazmorras de Morgoth o Sauron, henchidas de soledad; de la sencilla felicidad que se extiende a lo largo y ancho del Pequeño Reino de Egidio; e, incluso, del optimismo bonachón pero tremendamente audaz y generoso cuando es puesto a prueba, que tiene su sede en las despensas de Bolsón Cerrado, Los Gamos y Bree.