Frente a la prolífica literatura que surgió tras la muerte prematura de la joven filósofa, y que encorsetaba a Weil en la superficialidad de su heroico activismo social o su incorporación a las milicias de Durruti en Barcelona (1936), el dominico Joseph-Marie Perrin y Gustave Thibon, íntimos amigos de nuestra protagonista, quisieron compartir su profunda experiencia con Weil para descubrirnos su profundo misticismo cristiano y sus inquietudes espirituales en los meses que pasaron juntos en Marsella, en el caso de Perrin, y en el valle del Ródano con Thibon. Que mejor que el testimonio de dos personas que convivieron con ella, en vez de la posterior crítica alejada de su testimonio, para descubrirnos la tan interesante vivencia de Simone. Ambos autores nos comparten una biografía de su querida amiga sin caer en el tan manido encorsetamiento cronológico en el que se suele apoyar este género. Es decir, en las dos partes en las que está dividida la obra, se centran en dar a conocer la inquieta personalidad de la escritora consiguiendo transmitir al lector la sensibilidad y la profundidad de su pensamiento.