Una nueva lectura de SUBIDA AL MONTE CARMELO
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Junto a Cántico Espiritual (AQUÍ), el p. Jesús Martí Ballester ofrece una versión en lenguaje actual de las dos grandes obras de San Juan de la Cruz.
En la descripción pueden leer una carta del Fr. Antonio Royo Marín elogiando el trabajo de Ballester.
Aquí tienes la Subida del Monte Carmelo. Después de haber leído el Cántico espiritual, ¿a que te han brotado deseos de escalar ese Monte, donde hay tanta belleza, tanta paz, tanto Amor? Para San Juan no hay nada más que Dios. Dios en la cabeza. Dios en la espera. Dios en el corazón. Dios en las manos. Todo el ser sumergido en Dios. Aquiétate en Dios. No leas tanto. No quieras saber tanto. Saborea, paladea, recréate. Contempla. Esa es la palabra clave del Doctor Místico: Contemplar.
Hoy hacen falta testigos más que maestros. Los maestros enseñan doctrinas. Los testigos han visto y dicen lo que han visto. Por ambos costados San Juan de la Cruz es testigo y maestro, mistagogo, porque enseña lo que ha experimentado y cómo lo ha vivido. Y lo hace con convicción y persuasión, y, además, exquisitamente. Sólo un pero para los lectores del tercer milenio. Escribió hace cuatrocientos años. Lo que testifica y enseña es inmutable, pero el molde ha cambiado muchísimo. ¿Cómo paliar esa desventaja? El autor ha roto el nudo. Su preparación, sensibilidad, el profundo conocimiento de San Juan de la Cruz y de los lectores así como su estilo han conseguido en una brava y eficaz tarea que San Juan de la Cruz escriba hoy su Subida del Monte Carmelo, sus cartas o sus poesías. De ahí el título: Una nueva lectura… Con la valiosa originalidad de haber investigado las fuentes bíblicas, ascéticas y poéticas en que se inspiró San Juan, y la riqueza de los comentarios.
Jesús Martí Ballester es licenciado en Teología, buen conocedor de los místicos españoles, predicador, escritor, conferenciante y fundador de la Institución Amor y Cruz. Es autor de varios libros sobre San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
Sin existencias
Descripción
Carta del P. Antonio Royo Marín al autor
Mi querido amigo y hermano en el sacerdocio:
Le escribo estas breves líneas con las que quiero felicitarle por su magnífica versión de la Subida del Monte Carmelo de San Juan de la Cruz que acaba usted de poner al día en el lenguaje y estilo literario de hoy.
Si no hubiera publicado usted anteriormente su admirable y logradísima versión del Cántico espiritual, su empeño en obligar a San Juan de la Cruz a escribir y expresarse en el lenguaje y estilo de hoy hubiera parecido a cualquiera que conozca un poco al gran místico fontivereño una empresa utópica de titanes o de locos. Porque la prosa de San Juan de la Cruz -dejemos aparte su sublime obra poética, absolutamente intraducible- es tan personalísima y original que sólo algún mitológico titán de los que pretendieron escalar el cielo de un salto o un auténtico loco podría atreverse a intentar semejante empresa.
Pero los hechos han venido a demostrar que, aunque usted no sea un mitológico titán, está también muy lejos de ser un verdadero loco. El milagro se ha hecho, lo que parecía imposible se ha convertido en una espléndida realidad. San Juan de la Cruz habla el lenguaje de hoy, escribe como lo hubiera hecho en nuestros días, y eso -y aquí está el verdadero milagro- sin que haya perdido ni disminuido un solo ápice su inconmensurable acervo doctrinal.
En este volumen nos ofrece usted una versión de la Subida del Monte Carmelo perfectamente adaptada al estilo de hoy. Con ello presta usted un gran servicio a los que desconocen al gran Doctor Místico por no haber podido digerir su lenguaje lleno de paréntesis larguísimos, de voces arcaicas, de repeticiones, citas latinas, etc. Todo ello constituye el ropaje exterior, francamente recargado y barroco, con que San Juan de la Cruz reviste la inmensa riqueza doctrinal de su maravilloso sistema místico, que le coloca -junto a nuestra gran Santa Teresa- a la cabeza de la teología mística católica. Nadie ha superado hasta hoy -y me parece muy difícil que nadie pueda superar jamás desde este punto de vista- a los dos sublimes doctores del Carmelo.
No me extrañaría nada, sin embargo, que, a quienes no conozcan a San Juan de la Cruz en todo su conjunto, la lectura de su versión de la Subida del Monte Carmelo les resultara dura y antipática, a pesar de haberla despojado casi totalmente de su indigesta envoltura lingüística. Porque no hemos de olvidar que el sistema místico de San Juan de la Cruz tiene dos caras o vertientes del todo antagónicas aunque esencialmente complementarias: la versión negativa de la vida espiritual, a base de las terribles negaciones y noches oscuras para llegar a la más absoluta y completa abnegación de sí mismo (Subida del Monte Carmelo y Noche oscura del alma), y la parte o versión positiva, que consiste en la unión íntima del alma con Dios a base de un amor ardiente y apasionado (Cántico espiritual y Llama de amor viva). Si San Juan de la Cruz hubiera escrito únicamente la Subida y la Noche, continuaría siendo, indiscutiblemente, el doctor máximo de la perfecta abnegación de sí mismo, pero creo que tendría muy pocos, poquísimos discípulos. Nadie o casi nadie se atrevería a seguirle por aquellos túneles oscuros y terribles noches que no se sabe bien adónde pueden conducir a la pobre alma sumergida en semejantes tinieblas.
Pero no olvidemos que el autor de la Subida y de la Noche es también el autor del Cántico espiritual y de la Llama de amor viva, en cuyas páginas se convierten las pasadas tinieblas en los rayos deslumbradores del Sol que ilumina y abrasa las entrañas del alma transformada místicamente en el mismo Dios.
Por eso juzgo un gran acierto que empezara usted la actualización del mensaje de San Juan de la Cruz con su magnífica versión del Cántico espiritual, recibida tan jubilosamente por la crítica responsable. Era preciso «engolosinar a las almas» -como diría Santa Teresa- en los caminos de Dios, haciéndoles presentir las claridades del cielo iluminado por el amor de Dios, antes de introducirlas en las tinieblas y noches tenebrosas de la Subida y de la Noche, que son, sin embargo, la condición indispensable y sine qua non para llegar a aquellas claridades divinas.
Con esto huelga decir que pesa sobre usted la responsabilidad moral de completar la actualización de las obras restantes -la Noche oscura y la Llama de amor viva– para ofrecernos en su conjunto las obras completas de San Juan de la Cruz en versión perfectamente adaptada al lenguaje y estilo literario de nuestro siglo XXI.
Que el Señor le dé ánimo y fuerzas para llevar hasta el final su gran empresa. El acierto indiscutible con que ha realizado las dos primeras versiones es prenda y garantía de que no seremos defraudados. Al agradecerle el bien espiritual que me han producido sus versiones, le ruego acepte el cordial saludo y abrazo fraternal de su afmo. en el Señor.
FR. ANTONIO ROYO MARÍN, OP (†)
ÍNDICE
PRESENTACIÓN
CARTA DEL P. ROYO MARIN AL AUTOR
DATOS INTERESANTES DE SAN JUAN DE LA CRUZ
- Compañero de Santa Teresa
- Su retrato
- Santa Teresa dijo de él
- Padre del Carmelo reformado
- El escritor carismático
- El germen de la Subida del Monte Carmelo
- lznatoraf, la inspiración del Monte
- Anticipo del libro de la Subida del Monte Carmelo
Una nueva lectura de SUBIDA DEL MONTE CARMELO
INTRODUCCIÓN
Subida del Monte Carmelo
Argumento
Canciones
Prólogo
LIBRO PRIMERO: NOCHE ACTIVA DEL SENTIDO
LIBRO SEGUNDO: NOCHE ACTIVA DEL ESPÍRITU (Inteligencia)
LIBRO TERCERO: NOCHE ACTIVA DEL ESPÍRITU (Continuación Memoria y Voluntad)
Información adicional
Peso | 0,28 kg |
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Dimensiones | 17 × 12 × 2 cm |
Autor | |
Editorial | Santa Maria |
ISBN | 9789876161893 |
Páginas | 352 |
Formato | Rustica sin solapas |