“Los salmos adquieren gran importancia para nosotros si al recitarlos ponemos de manifiesto nuestra propia persona, si hacemos nuestras las palabras que se dicen en ellos, si contemplamos nuestro corazón no como quisiéramos que fuese o debería ser, sino como realmente es… Señor, me pongo en tu presencia con todo lo que hay en mí: ¡Contémplalo, júzgalo y cúrame!”

Los salmos han desempeñado un gran papel en la historia de la espiritualidad cristiana, tanto que conforman el material básico de la oración litúrgica de la Iglesia. En este libro Romano Guardini los toma como fuente de meditación sobre el misterio de Dios y el hombre. El resultado es una obra que revela la profunda espiritualidad del autor, que vincula con singular lucidez la riqueza del Antiguo y el Nuevo Testamento.